A pesar de no ser arquitecto, Antonio López fue el único trabajador que participó en la restauración de La Moneda de principio a fin, dibujando casi todos los planos del inmueble. Comenzó como junior, entre medio estudió una carrera técnica, y en todo el tiempo que trabajó acumuló innumerables conocimientos y anécdotas del palacio de gobierno. Su relación con Pinochet, reliquias perdidas y relojes de contrabando son algunas de ellas.
Publicado originalmente en El Mostrador